19 Abr Tomate frito casero
¡Hola! En este post os explico como hacer salsa de tomate, una receta básica que nos vendrá genial para acompañar multitud de platos.
Hacer salsa de tomate casera requiere tiempo pero sin duda merece la pena porque, además de quedar mucho más rica que la que venden en el supermercado, sabemos lo que estamos comiendo. Lo importante es utilizar un tomate de calidad y que esté en su punto de maduración, ésto es lo que más influirá en el sabor de la salsa de tomate.
A la hora de hacer tomate frito hay multitud de opiniones, hay quien no utiliza cebolla, quien le echa pimientos, quien pela los tomates antes de cocinarlos… Yo he probado varias opciones y esta es la receta que más me gusta. Yo no pelo los tomates ya que después de triturar el tomate frito lo paso por el colador y así de paso quito también pepitas que personalmente no me gusta que se noten .
Otro debate es el del azúcar, para mí es necesario echársela para quitar la acidez del tomate, pero piensa que sólo estamos echando dos cucharadas en un kilo de tomate frito… no me parece tanto. En cualquier caso lo podéis eliminar sin problema, quedará ligeramente más ácido, pero como esta receta lleva cebolla lo contrarresta bastante 🙂
Ingredientes (para 1 kg de tomate frito)
- 2 kg de tomates pera maduros
- 2 dientes de ajo
- una cebolla y media
- 5 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharada pequeña de sal
- 2 cucharadas soperas de azúcar
Preparación
1. Ponemos el aceite en una olla a fuego medio y cuando esté caliente añadimos la cebolla cortada en tiras y el ajo picado. Rehogamos durante 10 minutos, hasta que la cebolla esté tierna y coja un color amarillento.
2. Cortamos los tomates en trozos grandes y los añadimos a la olla. Tapamos y cocinamos durante 30 minutos a fuego medio.
3. Retiramos del fuego y trituramos con la batidora. A continuación lo pasamos por un colador fino para eliminar las pepitas y las pielecillas del tomate.
4. Devolvemos el tomate a la olla, añadimos la sal y el azúcar y cocinamos durante una hora más, a fuego medio-bajo, lo justo para que burbujee pero no demasiado fuerte. Debemos remover cada 10 minutos para evitar que se nos queme. El tomate irá perdiendo agua y cogiendo consistencia, además de reducir su volumen. Podemos probarlo y añadir más sal o especias si nos apetece. Y ya tenemos nuestro tomate frito casero 🙂
Yo para conservarlo lo que hago es congelarlo en tuppers, dividiéndolo en las cantidades que suelo utilizar. Así cuando lo necesito saco un tupper y lo dejo descongelando en la nevera. Otra opción es envasarlo al vacío en tarros de cristal.
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