04 Sep Endivias rellenas – receta vegana
En el post de esta semana os cuento cómo hacer endivias rellenas, pero también tenéis una chapa sobre mi vuelta a la rutina. Voy a ir primero a la receta, teniendo en cuenta que el final de la semana pasada y el principio de ésta me lo he pasado odiando a la gente que habla del tema «vuelta al cole/curro/donde sea» todo el rato. Así, el que pase de estos temas puede comerse las endivias en paz y sin monsergas.
Yo siempre he usado la palabra «endivia» con V, pero en algunos sitios veía «endibia» y me estaba volviendo un poco loca. Así que os cuento, por si como yo no lo sabíais, resulta que la RAE acepta ambas versiones, concretamente dice que «es igualmente válida la variante gráfica endivia, aunque etimológicamente está más justificada la grafía con b».
Ingredientes
- endivias
- arroz
- maíz
- cebolla
- pimiento rojo
- zanahoria
- pasas
- nueces
- semillas de lino
- para el aliño: mostaza de Dijon, aceite, vinagre y sal.
* Tanto los ingredientes como el aliño son totalmente personalizables, siempre buscando cosas fresquitas y que liguen bien entre sí. Aunque yo no quitaría las nueces 😉
Preparación de las endivias rellenas
1. Para empezar ponemos a cocer el arroz. Mientras, separamos las hojas más grandes de las endivias y las lavamos bien.
2. Picamos finamente (yo usé picadora) las hojas más pequeñas de la endivia, la cebolla, la zanahoria, el pimiento y las pasas.
3. Añadimos a la mezcla el arroz cocido, el maíz, las semillas de lino y las nueces troceadas.
4. Por otra parte preparamos la vinagreta mezclando un poquito de mostaza con un buen chorro de aceite, unas gotitas de vinagre y sal. Echamos la vinagreta sobre el relleno y mezclamos todo bien.
5. Colocamos las endivias estratégicamente para que no vuelquen y vamos poniendo dentro el relleno que hemos preparado. Endivias rellenas hechas y listas para comer ya o para mañana (yo me las he llevado de táper).
Y ahora sí, contadme, ¿cómo van esos cuerpos volviendo a la rutina? Como os he dicho al principio, no quería hablar de esto, pero es que en mi caso es inevitable. «La vuelta» ha sido muy evidente. Volví el domingo de un viaje maravilloso por Canadá y me incorporé el lunes al trabajo después de tres semanas de vacaciones y… pues eso, que la vida te cambia, porque dicen que hacen falta 21 días para incorporar nuevos hábitos. Así que mis hábitos ahora son los propios de las vacaciones 😛
Eso sí, os confieso que me hallo sorprendida de lo bien que lo estoy llevando ¿será que me gusta mi rutina muy en el fondo? ¿estoy madurando? Y aquí incluyo esto de la «healthy life», y es que después de tres semanas (o algo más, porque la última de curro estuve en modo pre-vacación) de hacer 0 deporte (más allá de canoa en el parque de La Maurice y de alguna que otra caminata) y de comer mucho y mal, el cuerpo me pide comer ligero. Creo que es la primera vez que me pasa. El domingo cené piña y el lunes aún me desperté sin hambre (por si alguien no lo sabe el desayuno es sagrado para mí). Aún sigo anonadada.
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